Hablo de un momento, unos minutos, unos segundos... pero entre amigos.

Ahí estabamos, nosotros ... somos como un cuerpo humano o una gran máquina con sus organos o sus partes. Apoyandome en la Gestalt podría decir que el todo es más que la suma de las partes...pero, la diferencia está en que cada una de las partes tiene una función, una función en si misma, una personalidad, que a pesar de los cambios y los golpes de la vida persiste, a veces un poco inestable, pero una personalidad única e irrepetible al fin.

Cada uno de nosotros estaba ahí escapando a la lucha cotidiana, distrayendo la cabeza pensante preocupada, recordando el verdadero valor de la amistad, esa amistad incondicional que está en las buenas y en las malas. Cada uno con sus defectos y virtudes, que gracias a dios son de cada uno de nosotros y es lo que nos hace únicos e irrepetibles, para formar esa gran verdad abstracta que se llama "amistad".

Yo tengo una teoría, muy inmadura todavía, sería como una semi-teoría (si es que existe este término) , que trata sobre la "inexistencia de la felicidad", claro eso mismo, que la felicidad es un estado ideal al que nunca vamos a llegar, al que siempre nos va a faltar algo, "soy feliz, pero...".Que en el único lugar que existe es en el pasado, cuando recordamos "que feliz que era en aquella época, cuando...".

En fin ayer, ya forma parte del pasado y por ende afirma mi semi-teoría, ya que ayer fui feliz, apoyandonos en historias pasadas, y construyendo nuevas en el presente...que hoy ya pertenecen al pasado, al ayer -literalmente de ayer estoy hablando-. No pasó nada de otro mundo, no me gané nada y tampoco econtré el amor de mi vida, pero me reuní con mis amigos que tanto quiero, aunque no lo demuestre demasiado.

Puedo decir con toda certeza que la felicidad no existe, pero no existe en el presente...existe en el pasado, en ese minuto que pasó reconocemos que fuimos felices hace un minuto.